Publicado por Etelvina Diversion , sábado, 30 de julio de 2011 6:09
No voy a ser yo, no, aquella figura agraciada a la que le besaras los pies embelesado, en unos años. No voy a ser quien te desvele, quien te atormente cuando duermas, a quien le pertenezca tu respiracion. Voy a ser solo un dibujo traslucido, torpe y olvidable, que nada se asemeja al fauvismo, que esta pintado mas bien en un color amargo.
Deseo que seas feliz, no te miento, pero hubiese preferido ser yo la que te acompañe por los placeres. Pero mi lugar es en un rincon, contemplando paso a paso el remolino de tu pasion con un cuerpo mas bonito y digno, con la luz tenue e ignorando mi presencia, mis lagrimas que brotan contemplando su baile desde el espejo.
Supe prosternarme ante altares quiméricos, sólo para caer en los pozos de una realidad tardía. Dejé pasar tanto tiempo (y el tiempo es una materia occidental y gelatinosa, babosa que se arrastra y envuelve las masas, lobotomiza desde los relojes, las agujas, los números...); hoy es el sur el que me canta y me abstrae, el que me acerca un poco hacia vos, de la mano y la voz de un trovador nuevo (al menos para mí). "(...) y dejamos los caminos libres de humedad. (...)"
Leyendo, releyendo papeles viejos, de los primeros bocetos, de los antiguos juegos del conocerse, de los tequieros, de los teqieros (sí, sin "q", y tan bonitos igual), me pierdo en la tinta barata de la birome (¿te dije que tengo un leve parentezco con el inventor de la birome?).
No puedo dormir. Me levanto y el café termina de acariciar mi insomnio. Insomnio que tiene nombres y apellido, que tiene locación.
Mi felicidad reside en la locura. Mi única locura, lejana, sonriente, sonrojada... sos vos.
Atentamente,
Fede.-