Publicado por Etelvina Diversion , sábado, 8 de agosto de 2009 18:39
Cerre los ojos y conte hasta tres.
me hundi en el vacio de su voz.
veia claramente, en mi cabeza, como se movian las notas desgarradoras de su guitarra.
Levante los brazos, y me entregue al impulso, y por unos instantes el mundo eramos el y yo.
En japon gritaban desaforados, buscando inmiscuirse en nuestro mundo, pero el y yo hicimos oidos sordos al pedido, y nos ahogamos en nuestra prescencia, en nuestra desgracia, en nuestra belleza.
Habia necesidad de poseer algo, no importaba muy bien que, con nuestro "microclima" nos conformabamos, ambos tuvimos todo pero la vida nos gano la pulseada, siempre nos sentimos mas comodos en el lugar de antiheroes.
Publicar un comentario