Publicado por Etelvina Diversion , lunes, 29 de agosto de 2011 14:04

La campera de cuero negro y su jopo eran su sello, un pedazo de historia al que se aferraba firmemente con sus dientes, como si fueran los ultimos destellos de una epoca de oro que nunca alcanzo a vivir. Ese pasado era su presente, esas glorias eran sus historias, sus hazañas y cada desliz que se merecia, lo vivia a traves de infiernos ajenos. Su vida imitaba al arte, mientras el arte se le reia.
Vive rapido, muere joven y deja un cadaver bonito, se repetia, pero el nunca fue leyenda.

1 Response to " "

Serpiente de arrabal Says:

Su nariz, pálida de tanta noche, ya no olía. Tan perseguido, tan azucarado de ambos lados (y no era azúcar impalpable), decidió un día caminar por el costado de una ruta.
De más está decir que se hizo polvo...

Fede.-

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