Publicado por Etelvina Diversion , miércoles, 14 de abril de 2010 12:26

Sentir mis dedos deslizarse por los espacios me resultaba excitante, como lo hacian casi todos esos placeres que mi abuela reprocharia. Nadie lo aprueba, yo por momentos tampoco; pero nada que me empalidezca tanto puede llegarme a dañar.
Me regalaste otra grieta mas, gracias, sos el mas retorcido de todos los sapos. No quiero caer en cliches, Martin, mejor armo el bolso. Los dos sabemos bien que mis tacos rotos y mis agujas nunca llegaron a alcanzarte. De todas formas, mi mente se habia ido, y creo que lo demas nunca existio.
Ya esta, proyecte mis arboles, tengo mis tacitas de te, ya casi estoy en casa.

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